lunes, 17 de febrero de 2014

La energía limpia molesta

Leyendo la entrevista a J. Legget publicada en la versión digital del periódico El Mundo encuentro el resumen perfecto que puede explicar la situación del sistema energético mundial. Desde luego, esta afirmación resulta pretenciosa pero, en mi caso, se trata de una confirmación acerca de lo que vengo rumiando desde hace bastante tiempo sobre este tema, especialmente acentuado en España durante los últimos meses.

Quiero hacer una interpretación, o recreación bloguera, de la citada entrevista.
Situémonos en un escenario con las siguientes premisas -o realidades-: mundo global donde los recursos (entre ellos, los energéticos) son perfectamente movibles a inmensas distancias, sistema capitalista hegemónico y desbocado, problemas ambientales de corte general y necesidad de tiempo para cambios sustanciales.
Bien, pues ahora piensen ustedes en qué orden colocarían estos cuatro factores para tener un punto de partida -de mayor a menor influencia- . Éste sería el mío particular:
  1. Sistema capitalista hegemónico.
  2. Recursos movibles.
  3. Necesidad de tiempo para cambios de calado.
  4. Problemas ambientales generales.
(Como es evidente, aquí caben todas las matizaciones que quieran porque se puedan considerar más circunstancias y diferentes prioridades. Es más, les agradecería sus aportaciones para enriquecer el debate).

Y ahora les comento qué es lo que deduzco:
Ante una situación mundial sin contrapesos a las sociedades de mercado en las cuales todo se mide en "profits" y donde, prácticamente, no hay cabida para los valores no especulativos, la obtención, distribución y comercialización de energía supone un servicio de primera necesidad; como además las facilidades de transporte son viables, existe un mercado específico de magnitudes inmensas.
Los recursos energéticos más conocidos y empleados tienen, desde hace siglos, carácter no renovable; por tanto, sobre ellos se fundamenta el negocio, la técnica y, por desgracia, la tradición y, aunque hay posibilidades de tener sistemas alternativos mejores y más limpios a madio plazo, éstos requieren de tiempo e inversiones. ¡Vaya!, aquí hemos topado con los "profits".
Dirán que no hablo de los problemas ambientales y que los dejo al final como el propio sistema energético. Pero ¿a quién le importa que haya cambio climático, que el "fracking" sea una aberración hidrológica y geológica, que los residuos nucleares sigan aumentando y crezcan sin fin (y sin solución por mucho tiempo), que los vertidos de petróleo puedan ocurrir sistemáticamente en el tiempo, que los recursos fósiles sean finitos, que...?
Pues está claro, ya tenemos la cuadratura del círculo: no caben en la interacción sin fisuras "profits"-tiempo.

Sólo los años darán o quitarán las razones por las que digo esto; hoy creo en ellas. Supongo que el cambio vendrá cuando el presidente de una multinacional energética abra el grifo de casa y no salga agua, o bien salga contaminada por sus técnicas de "fracking".
Como nota final agrego que no he hablado del factor político... ¿realmente influye?